Perdonen
que no me levante. Caballeros,
señora, señorita.
No
piense mal de mí, señorita. Yo no la
voy a engañar, mi interés por usted es puramente sexual. Pero tenga en
cuenta que el caballero de en frente, al que ha dado las mejores miradas y
sonrisas de la noche, y con el que piensa Ud. terminar puede parecer un
idiota y actuar como un idiota para conquistarla pero, no se deje usted
engañar, es realmente un idiota.
No
obstante, ¿A quién va usted a creer, a mí o a sus ojos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario